Casa Reñaca, sabores y calor familiar
- Marcelo Beltrand Opazo
- 24 may 2024
- 5 Min. de lectura
Quizá, sea ese sentimiento de familia el que prevalece en Casa Reñaca. Calor de familia. Cocina de familia. Mientras degustábamos sus platos y conversábamos con Hernán Pestil (su dueño y cabeza del proyecto gastronómico), pudimos observar lo cómodo que se veían los comensales. Entraban y saludaban a Hernán, como parroquianos habituales de una casa familiar, de un espacio conocido en el que se sienten seguros y en confianza. Qué importante es el ambiente que se construye en un restorán. Es la diferencia que hace que el comensal se sienta como en casa y quiera volver. Pero de dónde viene eso de familiar, de hogareño. En Casa Reñaca, es el mobiliario, las mesas y sillas, son las fotos familiares (que como ventanas nos muestran un pasado), es la cercanía del servicio, es Hernán conversando con los clientes. Pero, pensemos en la familia propiamente tal. Esta es fundamental en todas las etapas de la vida. Es el primer recurso y el último refugio para el ser humano. No solo es donde nacemos y experimentamos emociones, sino también donde buscamos bienestar y felicidad. El bienestar de la familia está estrechamente vinculado al desarrollo y equilibrio de la sociedad en la que se encuentra. La familia actúa como intermediaria entre el individuo y la sociedad. Por otra parte, en un contexto histórico y social, la familia no es una categoría abstracta, sino una realidad histórica. Su forma y vida están condicionadas por el sistema económico y las relaciones sociales imperantes. Por lo tanto, lo que se da en una familia, sobre todo, en los primeros años de vida, puede determinar lo que seremos en el futuro.
Bueno, pero antes de seguir reflexionando, vamos a lo que vinimos, a la degustación de los platos y preparaciones del restaurante Casa Reñaca. Ese día comenzamos con un pisco sour, el que estaba bien preparado, equilibrado y con un dulzor medio bajo (no olvidar, que se tiene que evitar el excesivo de dulzor en los aperitivos, se inhiben las papilas gustativas). Luego, llegaron unas Berenjenas a la parmesana (berenjenas asadas y gratinadas al pomodoro y mozzarella); Tártaro de atún (aderezo del chef, jugo de limón, acompañado de galletas horneadas); y una Tabla de crostinis (montaditos de salmón ahumado sobre queso a la ciboulette; jamón serrano sobre berenjenas en escabeche, galletitas; mermelada de cebolla sobre crema de queso azul y nueces); más, unos Pescadito apanado (filetitos de reineta apanada en panko con salsa tártara). Cada una de estas preparaciones posee contrastes interesantes, en cuanto a sabores y texturas. Las berenjenas (un producto no siempre bien apreciado, es una hortaliza muy dúctil y versátil, ya que se puede preparar de muchas maneras, además de ser rica en nutrientes), estaba perfectamente cocinadas, se aprecia el sabor mismo de la berenjena, que junto al queso y la salsa de tomate, forman sabores deliciosos. El tártaro también estaba rico: buena acidez, textura y el sabor característico del atún, con esa salinidad marina que reacciona tan bien con la acidez del limón. La tabla de crostinis me pareció un gran acierto y totalmente recomendada, para aquellos que quieran beber una copa de vino y picar algo, bueno, acá tienen una tabla deliciosa, ya que la combinación de sabores y texturas están muy bien elegidas, que junto al pan (crujiente y blando) hacen de esta tabla el inicio perfecto. Y para terminar la degustación de las entradas o aperitivos, los Pescaditos apanados, que llamaron nuestra atención, porque estos son filetes completos de reinetas, muy bien apanados, permitiendo saborear el sabor de la reineta. La salsa tártara le da un contrapunto sabroso.
Los sabores de la cocina de Casa Reñaca, nos traen una remembranza, un recuerdo o a lo mejor un sueño, y es que alguna vez, todos hemos vivido la seguridad del clan, el calor de familia reunida. Todos alguna vez lo hemos vivido y lo hemos disfrutado y nos queda como una utopía, como algo que ya no está o nunca lo tendremos. Entonces, cuando llegamos y disfrutamos de una buena pasta en Casas Reñaca, volvemos a ese sentimiento, a esa utopía de la familia y su calor hogareño. Justamente estábamos conversando sobre el calor de hogar, cuando nos trajeron el vino seleccionado para maridar esta ocasión, un Carmenere Gran Reserva 2021, del valle de Lontué, de la viña Vicus Orbis (excelente vino, posee todas las características de un carmenere) y unos Bucatini frutti di mare (Bucatini, también llamado foratini, es una especie de espagueti que tiene un agujero longitudinal a través de él. El nombre proviene de buco, que significa en italiano «agujero» o fora que significa «perforación»). Esta pasta estaba deliciosa, en su punto, o mejor dicho al dente, más, los sabores logrados por la salsa y el queso, el conjunto es increíble. Después de degustar la pasta, nos trajeron Ossobuco estofado sobre risotto funghi. Este plato lo recomiendo, está realmente rico. Primero el ossobuco, un corte especial para el restaurante (grande) que ha sido preparado en cocción lenta con su propia salsa, estaba blando y sabroso; luego, el risotto, muy bien preparado, combinado con el jugo de la salsa del ossobuco, crea un sabor maravilloso. Para aquellos que les gusta el ossobuco, les sugiero la médula de este. Y seguimos maridando con el carmenere.
Pero aún faltaba otro plato por degustar, este era una Plateada a la italiana con gnocchis cuatro quesos. La plateada estaba muy rica (cocinada al vino), pero la salsa cuatro quesos estaba deliciosa, que junto a la suavidad de los gnocchis convierten esta preparación, en un plato muy recomendado. Claramente, este plato y los otros, que degustamos en Casa Reñaca, nos muestran una cocina sólida, por lo mismo, nos llama la atención los sabores logrados, ya que son sabores intensos, concentrados y muy equilibrados, en otras palabras, una cocina con carácter, que logra sabores auténticos.
Pero bueno, no podíamos irnos sin probar sus postres, por lo que degustamos una Torta manjar lúcuma y un Tiramisú. Siempre pedimos tiramisú, nos gusta ver cómo lo preparan en los restaurantes, si siguen la receta original, y acá, sí la siguen, está cremoso y con el dulzor medio. La torta estaba realmente rica, me encantó, también, perfecto dulzor, cremosidad y la hojarasca delgada, realmente rica. Los postres los maridamos con un amaretto y luego un café espresso.
Comer, ya lo hemos dicho, es uno de los actos más importantes del ser humano, por lo mismo, comer bien, debiera convertirse en un objetivo del día a día. Pero además, ese comer bien, también significa cuidar el ambiente en el que se come, y sobre todo, la compañía. La comida es un todo, las preparaciones, el ambiente, la compañía, que implica el estar con otros, es decir, comer es un acto social que debemos cuidar, por eso la importancia de lugares como Casa Reñaca, que nos entregan calor y sabores de casa, de casa familiar.
Casa Reñaca Restaurante / Vicuña Mackenna 901, Reñaca, Viña del Mar / @casarenaca
Comments