“Existe más historia que geografía en una botella de vino” (J. Kressman)
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El gusto en un Pinot Noir Q Quintay
Admin
10 jun 2017
2 Min. de lectura
El gusto por algunas cosas y no otras; el gusto aprendido y aprehendido; los gustos que dejamos de lado; el gusto que vamos incorporando a medida que pasan los años; o lo nuevos gustos por sabores y aromas que comenzamos a reconocer a medida que nos acostumbramos, ya sea a fuerza de practicar o porque simplemente los tenemos frente a nosotros y los relacionamos con experiencia gratas, experiencia que nos han dado felicidad. El gusto por los mariscos, la carne, las pastas, los aliños, las frutas. El gusto por la comida y la buena mesa. El gusto por el vino.
En principio, escribe Pierre Bourdieu, podríamos señalar que el gusto pertenece a un orden abstracto que conforma nuestros criterios y disposiciones hacia las cosas, y que en este orden, se definen las relaciones diferentes e incluso antagónicas con la cultura, según las condiciones en que hemos adquirido nuestro capital cultural.
Es así como nos acercamos hacia ciertas cosas y no otras. Es así que al incorporarlas agregamos un nuevo elemento, una nueva experiencia, un nuevo quehacer en nuestras vidas. Cuando adquirimos nuevos gustos por algo, nos enriquecemos culturalmente. Digo esto y pienso por supuesto en el vino y todo el mundo que lo rodea. Pienso, por una parte, en la experiencia de degustar una copa de vino y tomar conciencia de la cantidad de aromas y sabores que esta posee; y por otra, de toda la historia, las energías y tiempo que se invirtió en ese vino, para que finalmente, llegue a nosotros.
Degustar requiere de tranquilidad, de un grupo de amigo para compartir, de ciertas sincronías que nos permitan abrir los sentidos. Degustar un vino, debiera ser, un espacio para los sentidos y la conversación.
Propongo iniciar la experiencia con un Pinot Noir de clima frío del Valle de Casablanca, de la viña Quintay, del 2015 de la línea Q. este es un vino brillante, límpido, de un rojo rubí, de intensidad colorante baja, como todo Pinot Noir. Al acercar la copa a nosotros, percibiremos notas a rosa, algo de setas o champiñón, un aroma que se puede relacionar más con la tierra. También encontraremos aromas a fruta roja madura, frutilla, o ciruela. Al mover la copa, suavemente, el Pinot Noir se abrirá y reconoceremos aromas a especias, como pimienta negra y unas notas terciarias a humo, algo láctico, yogurt a lo mejor y caramelo. Al beberlo, dejemos que el vino recorra nuestra boca y podrán sentir que es fresco, fluido y elegante. De taninos suaves, sentirán la fruta. Y después de tragarlo, se quedarán esos sabores y aromas, por mucho rato, es decir, un largo final.
Recomiendo maridar este vino junto a un queso Cremambert Sata Rosa, suave y cremoso, que en boca, junto al Pinot Noir Q permitirá resaltar la fruta del vino.
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