“Existe más historia que geografía en una botella de vino” (J. Kressman)
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La interpretación en un Blend Quintay 2015
Admin
27 feb 2018
2 Min. de lectura
El vino, como arte, creación y práctica cultural, debe ser de los pocos ejemplos de obras de artes que no requiere de una justificación, ya que la botella y su contenido se explican por sí mismas.
Los tiempos modernos exigen una explicación al arte y sus obras, requieren de ella para realizar la interpretación. En cualquier registro discursivo el arte debe ser justificado, necesita de una coartada. Pero, cuando vemos, bebemos y entendemos el vino como creación artística, como algo que ha sido creado, a través de técnicas y artilugios, del tiempo y sus contornos; cuando vemos la trasformación del mosto en vino, comprendemos que este cambio, que esa alquimia no requiere de justificación, no necesita de ninguna excusa para verlo, apreciarlo, beberlo y disfrutarlo.
Entonces, ¿cómo interpretamos o describimos lo que bebemos? Cómo lo podemos apreciar de mejor forma y no caer en una huida de la propia interpretación, es decir, en una parodia o simplemente en algo decorativo.
El ejercicio está en saber apreciar y poder comprender el proceso completo del vino: su terrior, la cosecha, la vinificación y la guarda. Así, de esta forma, podremos poner todos nuestros sentidos al momento de beber una buena copa de vino. “Lo que ahora importa es recuperar nuestros sentidos. Debemos aprender a ver más, a oír más, a sentir más” dice Susan Sontag.
Para dar inicio a este ejercicio de los sentidos y la interpretación recomiendo el Blend Winemaker’s Experience 2015 de la viña Quintay del valle del Maipo. Ensamblaje de 26% Malbec, 26% Petit Syrah, 22% Cabernet Sauvignon, 18% Syrah y 8% Carmenere. Con 20 meses en barrica de roble francés, cada una de estas cepas le da a este vino una complejidad en color, aromas y sabores convirtiéndolo en algo único.
El resultado, un vino rojo rubí intenso, posee tonalidades moradas, tonalidades que aportan el Malbec, el Syrah y el Carmenere, cepas que dan esos tonos y gran intensidad colorante. En nariz, deleita su paleta aromática, encontraremos fruto rojo, como ciruela seca y especias que puede ser pimienta negra o anís estrellado; también un aroma fresco, cercano al sotobosque y algo floral. Más atrás, chocolate negro y tostado, y algunas notas secundarias como plátano y caramelo. En boca, se siente el peso y la complejidad de su estructura. Si dejamos que recorra toda la boca, sin apuros, podremos apreciar, los taninos suaves y elegantes que tiene este Blend. El final, largo, persistente y sutil.
El vino como arte, como despertar de los sentidos.
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