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El vino como lugar: Syrah Ritual y Merlot Nimbus.

  • Foto del escritor: Admin
    Admin
  • 15 may 2017
  • 2 Min. de lectura

El mejor vino no es necesariamente el más caro, sino el que se comparte, decía George Brassens. Sin duda que tenía razón. Y lo digo y lo pienso cuando recuerdo todos los momentos en los que he disfrutado con amigos una buena copa. Porque después de todo el trabajo que tiene una botella, toda la historia que encierra un vino, nosotros al descorchar una, comenzamos a construir una nueva historia. Desde ese momento se inicia la escritura de un capítulo en que los protagonistas somos nosotros mismos.

Propongo iniciar esa conversación con un buen vino, en esta ocasión, partir con un Merlot del 2014 de la línea Nimbus, de Viña Casablanca. Es importante destacar los procesos de vinificación y guarda, ya que son, en gran medida, los responsables del resultado final. Decir por ejemplo, que la cosecha se realiza a mano, seleccionando la fruta en el mismo viñedo, evitando así la oxidación de la uva, y que tiene 12 meses en barrica de roble francés. Este vino es de un rojo púrpura intenso, con notas violáceas. En nariz, encontramos primero, aromas a fruta roja muy madura, ciruela; luego, notas a fruta negra, algo de grosella, pero también podrán distinguir notas florales que se mezclan con vainilla. Y ya en boca, taninos crujientes que se suavizan enseguida prolongando unas notas a pasas; algo herbáceo. Todo esto se disfruta excelentemente en un largo final. Con este vino y una tabla de quesos y jamones, podemos comenzar una reunión con buenos amigos.

Después del aperitivo, y para la cena, recomiendo un Syrah Ritual-2015, de la Viña Veramonte. Al igual que el Nimbus, su proceso de vinificación y guarda, así como la materia prima, le dan toda la estructura y carácter a este vino. Podemos destacar que el viñedo se encuentra en el sector más alto del Valle, y que su cosecha es manual. Parte de esa cosecha se fermenta con el racimo completo, proceso que le aporta notas especiadas y aumento de la estructura. Este vino es de un rojo intenso, casi morado. Al realizar la olfación el primer aroma que sentiremos es el característico de la cepa, esa nota cárnica que lo envuelve todo, luego, fruta roja y fruta negra que se combinan y fusionan como mermelada, dando algo de dulce y untuosidad, pero también pimienta negra, leve. En boca, sus taninos son suaves dejando espacio a la fruta negra, y a unas notas florales. Con este vino, una carne bien sazonada, con mucha pimienta y un arroz al curri se convertirán en un excelente maridaje.

Podemos partir una conversación de cualquier lugar, yo propongo iniciarla con estos dos grandes del Valle de Casablanca.

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